Hija mía, tú eres la luz de mis días, mi gran felicidad,
mi mayor alegría. ¡Te amo! y gracias por existir.
Hija querida, ten seguridad que podrás alcanzar
todo lo que te propongas. Yo estaré aquí siempre porque
te amo y creo en ti.
Nunca cambies para agradar a alguien.
Se tu misma y la gente indicada se acercará a ti.
Las flores son tan hermosas como tú y
te hago la promesa que si fuera preciso daría
mi vida para salvarte, hija adorada te amo.
La vida me ha regalado una hija hermosa y se lo agradezco,
cuando llegaste a mi vida te volviste dueña de mi corazón y
por ello te seguiré amando hasta el último día de mi vida.
Hija muéstrate al mundo tal como eres, no escondas nada
de ti porque eres la mejor persona que el mundo pueda conocer
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